El período entre 1929 y 1936 en México, conocido como el Maximato, fue una etapa crucial en la consolidación del Estado posrevolucionario. Plutarco Elías Calles, como "Jefe Máximo", impulsó la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929 para unificar las fuerzas políticas y evitar conflictos internos, sentando las bases para el futuro PRI. Durante este tiempo, se resolvió la Guerra Cristera mediante acuerdos con la Iglesia, aunque las tensiones entre el Estado y la religión persistieron. La crisis económica de 1929, conocida como la Gran Depresión, impactó gravemente a México, pero también impulsó reformas como la política agraria y la creación de la Ley Federal del Trabajo en 1931, que buscaban mejorar las condiciones de los campesinos y trabajadores. Las reformas educativas y la promoción del laicismo fortalecieron el sistema educativo, aunque enfrentaron resistencia de sectores conservadores. El sindicalismo creció bajo organizaciones como la CROM, aunque su alianza con el gobierno generó críticas. La relación con Estados Unidos fue tensa pero pragmática, especialmente en torno a la cuestión petrolera. La ruptura entre Calles y Lázaro Cárdenas en 1935 marcó el fin del Maximato, permitiendo a Cárdenas implementar reformas radicales como la expropiación petrolera y la redistribución de tierras. Este período consolidó el presidencialismo y sentó las bases para un Estado más centralizado y comprometido con los ideales de la Revolución, aunque no exento de tensiones y contradicciones.
La ruptura entre Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas en 1935 marcó un punto de inflexión en la historia política de México, ya que representó el fin del Maximato y el inicio de una nueva etapa en la consolidación del proyecto revolucionario. Calles, conocido como el "Jefe Máximo de la Revolución", había ejercido una influencia decisiva en la política mexicana desde su salida de la presidencia en 1928, controlando a los presidentes que lo sucedieron y manteniendo un poder casi absoluto. Sin embargo, la llegada de Cárdenas a la presidencia en 1934 cambió esta dinámica, ya que el nuevo presidente buscaba consolidar su autoridad y llevar a cabo reformas más radicales en beneficio de los sectores populares. La relación entre Calles y Cárdenas comenzó de manera cordial, ya que Calles había apoyado la candidatura de Cárdenas y lo consideraba un aliado leal. Sin embargo, pronto surgieron tensiones entre ambos líderes, debido a las diferencias en sus visiones políticas y a la cre...
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